Hace ya algunos años, gente del Gobierno Local tuvo la mala idea de contactarme para brindar charlas sobre Salud Sexual y Reproductiva. Deben estar locos, pensé, o no me conocen.

Fue así que Claudio Martínez (entonces director de Juventud), me consiguió una lámina de el aparato reproductor humano y se comenzó, tímidamente -o no tanto- a recorrer distintos establecimientos educativos como la Nº 1 Manuel Dorrego, o el Normal Superior, o el Nacional, el ENET Nº 1 o la media Nº 3 y la 7 (ex Comercial) y la Nº 5.

Con la nueva etapa, llegó a la Dirección de Juventud Mario Scévola, quien persistió en el error (avalado equivocadamente por su Jefe, Mauricio Mansilla) pero consumando una asociación ilícita junto al Secretario de Salud y Acción Social, Rubén Rasso (hacen falta más de 3 para constituir la figura legal). Así las cosas, este año se sometieron al martirio a los alumnos del ENET Nº 2 Patricias Argentinas, la Nº 6, la 16 (Anexo), la nº 2 y, nuevamente, el Nacio.

Como al principio figuraba en el esquema de las presentaciones una devolución de los chicos a través de cuatro preguntas al final de las charlas, donde los pobres mártires de los alumnos luego de soportar estoicamente las dos horas de barbaridades, tenían la infinita compasión de poner cosas agradables, se pensó que si alguien podía se armaría un blog para que los asistentes a las charlas pudieran canalizar su decepción, su ira o su beneplácito (por las horas de clase y/o examen de los que zafaban). Aquí entra en escena el Negrito, tal su seudónimo en el mundo del hampa, pirata informático si los hay, o directamente pirata y punto, que arma esto que ustedes están viendo, donde los invitamos a escribir lo que realmente piensen de lo que escucharon y vivieron en las distintas oportunidades en que tuvieron que aguantarme.

El intendente no debe saber nada de todo esto. Si no, nos echa a todos.

Fuera de broma, fue un placer pasar por todas esas instituciones (perdón si olvido alguna -el alemán, ustedes comprenderán-) y nunca van a alcanzar las palabras para agradecer lo bien que siempre fui tratado.

Espero que, a partir de aquí, se profundice un intercambio que ayude a todos los jóvenes a adoptar, de una vez y para siempre, conductas saludables en la sensible, vital y maravillosa esfera sexual de nuestra apasionante VIDA, bien supremo que todos los protagonistas de esta historia (los ya nombrados), y nuestros fervientes secuaces (docentes, padres, familares,etc.) nos empeñamos en cuidar y hacerla más plena.

Gracias, muchas gracias por todo.

Ricardo